nuestro Manifiesto
Mom, I have a tasty feeling, a fierce fever that doesn't let go of me, that doesn't let me stay still, that makes me try everything, ask everything.
I am a patch, I am a neighborhood, I am a block, I am a corner. I am smoke, I am stuck, I am bold, I am burnt.
I want to cook the roots and spoon-feed them to others; speak clearly and cook loudly, without stuttering, that's what I want, are you listening? Where I come from, words are left unfinished, but never the plate.
What is a "arepa de huevo"? It's biting into the sun hidden in a corn pocket. You don't understand, right? Do you want to taste this sweaty tongue? Sweaty from speaking, kissing, trying everything. The swagger for dancing and the flavor in my speech, flavor and knowledge are the same.
"(...) You curl your hair and paint yourself; I don't; the wind curls mine, the sun paints me," I heard somewhere in the Caribbean. I inherited what's mine and I take care of it as if it belonged to another. My kitchen is still alchemy. It's not a mix, it's proportion; it's not a tutorial, it's intuition. I will continue to be root and bridge, one and the same.
Here is food for the soul, swagger, and flavor. Here is food for everyone because the kitchen, like love and life, is always generous. My food is serious, mommy, my food has no translation. In my pot, there's a Creole dance: Yuca, achiote, tamarind, and salty air. What I want is a lively dance on the plate to always return home.
I will cross the river with the pot under my arm and live life like stews: without borders and without limits. My food does not recognize outlines on maps. Because what is born from the earth is not illegal, baby, from Quilla to Brooklyn, baby. A southern story, you know.
Oh, lemon! Homeland of my heat. If I squeeze you hard, you'll give me a minute of sea; if I bite you, you'll give me a bite on the palate. Tropical triptych, colorful and mystical.
Oh, everlasting yuca, give us the everyday rice. My beautiful mote de queso, may your thickness always cover me. Here are Ñeque, Petrona, and there's viche, Petronio; come in, this is your home: the food is served.
Mama, tengo un feeling sabroso, una fever brava que no me suelta,
que no me deja quedarme quieta, que me hace probarlo todo, preguntar todo.
Yo soy parche, soy barrio, soy cuadra, soy esquina.
Soy humo, soy pegao, soy cucayo, soy quemao’.
Quiero cocinar las raices y dárselas a otros a cucharadas; hablar claro y cocinar a gritos,
sin gaguear, eso es lo que quiero, ¿me estás escuchando? De donde vengo yo las palabras
quedan a medio terminar, pero nunca el plato.
¿Que que es una arepa de huevo? es morder el sol escondido en un bolsillo de maíz. No me entiendes,
¿cierto? ¿Quieres saborear esta lengua sudada? sudada de hablar, de besar, de probarlo todo.
El tumbao pal baile y el sabor en mi hablao’ en mi lengua, sabor y saber son lo mismo.
“(...)Tú te rizas el pelo y te pintas; yo no; a mí me riza el viento, a mí me pinta el sol”, Escuché por ahí en el Caribe.
Yo heredé lo mío y lo cuido como si fuera de otro. Mi cocina sigue siendo alquimia. No es mezcla, es proproción;
no es tutorial, es intuición. Yo seguiré siendo raíz y puente, una misma cosa.
Aquí hay comida pa’ la soul, tumbao y sazón. Aquí hay comida pa’ todos porque la cocina,
como el amor y la vida siempre sin tacañería. Mi comida es seria, mami, mi comida no tienen traducción.
En mi olla hay un baile criollo: Yuca, achiote, tamarindo y aire salino.
Lo que quiero esbullerengue en el plato para volver siempre a la casa.
Voy a cruzar el río con la olla debajo’el brazo y vo’a vivir la vida como los guisos: sin fronteras y sin limites.
Mi comida no reconoce contornos en los mapas. Porque no es ilegal lo que nace de la tierra, baby,
De Quilla al Brooklyn, bebé. Una story del sur, tu sabes.
¡Oh, limón!, patria de mi calentura. Si te aprieto duro me darás un minuto de mar; si te muerdo,
me darás un mordisco en el paladar. Trópico tríptico colorido místico.
¡Ay!, yuca inmarcesible, danos el arrocito de todos los días. ¡Mi hermoso mote de queso!,
que tu espesura me cobije siempre. Aquí hay Ñeque, Petrona, y hay viche, Petronio;
pasen que esta es su casa: la comida está servida.